“Teatro del absurdo”… “Humor
absurdo”… ¿Por qué algunos autores escribimos textos donde impera ese
uso y ese gusto por lo absurdo?
Bien, partamos de una premisa: EL MUNDO ES ABSURDO. Y hacemos girar
nuestra obra en torno al absurdo porque el planeta mismo gira alrededor de él.
En
una humanidad que se deja llevar más por el disparate que por el sentido común,
nos resulta más revelador e interesante señalar la insensatez e incoherencia de
la sociedad mediante la proyección remarcada de esa absurdidad (ya sea de un modo
cómico o no), desvirtuándola hasta conseguir provocar al espectador que se
enfrenta así a una realidad ya de por sí desvirtuada, arrasando y haciendo
saltar de este modo todo por los aires… Y esto, a veces, acompañado de la
explosión de la risa. Y es que, el absurdo, es un experto en voladuras y
derribos.
Os
contaré ahora una anécdota,
completamente real, relacionada con todo esto:
En
la carretera entre Madrid y cierta capital de provincia bien cercana, se
levanta el típico polígono industrial. Una hilera de naves se sucede junto al
arcén. Tras un cartel que se yergue en lo alto de un gran poste, con el rótulo de
“Pinturas Martínez”, encontramos una nave seguro que tan bien repleta de botes
de pintura como para poder repintar el Titanic de proa a popa, el puente de
Brooklyn de cabo a rabo, o hasta la cara de algún político y que aún así sobre
pintura. Más adelante tenemos otro cartel: “Recauchutados González”, y tras
él una nueva nave toda llena ella de recauchutados (¿neumáticos…?) Justo a continuación, un gran letrero con el título
de “Piensos López”, y detrás su nave hasta arriba de piensos, pienso yo… Y,
entonces, justo allí, al lado, encontramos al fin este explosivo cartelón…: “Voladuras y Derribos García”… ¿Qué se
levanta tras el cartel…?: ¡Nada…!
- ¿Nada…?
Nada…
- ¿Y su nave...?
Ninguna nave… Un simple solar yermo, un erial, un descampado pelado… "Voladuras y Derribos García"...
- ¿Nada…?
Nada…
- ¿Y su nave...?
Ninguna nave… Un simple solar yermo, un erial, un descampado pelado… "Voladuras y Derribos García"...
Y es que al absurdo nos lo encontramos por todos lados, cada día, y no sólo en
los libros y escenarios. Sacudiendo el mundo, desmoronándolo todo. El absurdo:
voladuras y derribos.
Diego Fdez. Sández
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