viernes, 30 de diciembre de 2022

¿EN QUÉ PÁGINA...? (Juega con Jenny)

, joven lector, has disfrutado de la aventura de la detectivesa inglesa Jenny Hill y su "primer caso de verdad", el de los 3 diamantes rojos.

Pero veamos ahora tus dotes de observación... 😵

¿Podrías decir dóndeexactamente en qué número de página o páginas del libro— aparece representado, dibujado con tanto talento por la mano de David Rivero, el ARCHIENEMIGO del padre de Jenny y peligro para todos los bomberos?

Se puede esconder y camuflar sigiloso en cualquier rincón... A Tom Hill le trajo muy mala pata.

Deja aquí abajo en Comentarios tu respuesta.

martes, 20 de diciembre de 2022

SÁNDEZ, FICHADO

Han incluido a este escritor entre los autores locales de Huelva en la página de su Biblioteca Provincial.

Aquí estamos:

Contiene información de mi perfil (el izquierdo en la foto, mi lado bueno), y múltiples enlaces.

Como conté alguna vez en este mismo blog, la biblioteca de mi ciudad en la que empecé a leer comedia.

Gracias a su director y personal.

Podéis leer la ficha pinchando (con cuidado para no hacerle daño) este dibujito:


martes, 13 de diciembre de 2022

ENTREVISTA (Una buena noticia)

Hoy martes 13 ("¡hoy es martes, gran Dios, martes y 13...!"), el periódico digital onubense HUELVA BUENAS NOTICIAS ha sacado una entrevista a un servidor, que me place transcribiros aquí:

—Hola Diego, cuéntanos ¿desde cuándo escribes?

—Desde siempre. Me recuerdo leyendo un cuento que llevé a clase de mi maestra doña Pepita en el colegio San Fernando de Huelva, tendría como 10 años de edad (uno de los pocos que conservo), y escribiendo luego de pequeño guiones de radio y periódicos, como el Huelva Buenas Noticias pero de andar por casa... Con 14 años escribí una novela, una novelita con todos los tópicos de las series policíacas. Fue ya de mayor, digamos con 30 ó 35, que me metí a escribir teatro, comedias de las cuales he ido estrenando luego varias de ellas, y novelas como la que ahora tengo entre manos, o libros infantiles como el que me han publicado este 2022.

—¿Qué te llevó a hacerlo?

—Es placentero crear un mundo propio. Y en mi caso, que suelo hacerlo en torno al humor, me resulta divertido; como lo es el sorprenderte a ti mismo. Y un interesante reto mental. No digamos ya el gusto que es ver a alguien que disfruta con algo que has escrito.

—¿Cuál es tu inspiración?

—El mundo. Como mi principal estilo es el humor absurdo, mis escritos se basan en nuestro absurdo mundo, el cual de algún modo retrato. Somos absurdos (unos más que otros). Eso facilita mucho mi trabajo... Y luego están las influencias que uno tiene y ha mamado; están ahí y hay que reivindicarlas.

—¿A qué público va dedicado el cuento o relato?

—Mis textos para adultos a los adultos; mis textos infantiles a los niños, y también a los adultos. Sobre todo a quien le gusta la comedia, el humor con un punto absurdo. El cuento que ha resultado 2.º en este premio de Santander (el microrrelato "El Avioncito") es para adultos, nacido a partir de una anécdota o hallazgo en la calle que disparó la historia.

—¿Es fácil escribir humor y hacer reír?

—Sí. Tanto como ganar dinero. El problema es ganar dinero sin atracar, de forma limpia, o hacer reír trabajándotelo, sin recurrir a lo facilón, digamos al "juego sucio". Eso ya no es tan fácil.

—¿Dónde podemos leer el relato premiado en Santander?

—"El Avioncito" puede leerse en la página de Sol Cultural, en la sección "Micro Relatos". También va a ser publicado. Los últimos relatos en los que he obtenido premio (he tenido la suerte de empalmar varios en los últimos meses en una sorprendente buena racha) van a ser recogidos en varios libros.

—¿Vas a presentar algún otro relato próximamente?

—Claro. Relatos a diferentes concursos. Y sigo moviendo y presentando donde puedo mi novela infantil publicada este año, "Jenny Hill y el Caso de los 3 Diamantes" (Ediciones Palabra), protagonizada por una "detectivesa inglesa" que investiga un robo en su barrio con ayuda de sus padres; con unas bonitas ilustraciones de David Rivero. Ahora también se trata de conseguir publicar mis novelas adultas para que lleguen al público.

—¿Cómo te has sentido al ganar este premio?

—Muy satisfecho. Cada vez como si ganara el Nobel.

—¿Tus próximos retos? ¿Algún sueño por cumplir?

—Ver mis novelas "adultas" publicadas. La que acabé el año pasado y la que estoy escribiendo son históricas, con el humor siempre presente, por supuesto. De momento ése es mi principal reto y sueño, verlas en las librerías y que las vean los lectores (además de mi otro sueño incumplido, claro: participar como jurado en un premio a la mejor tortilla de patatas).


[Entrevista a cargo de Pili Cuenca en "Huelva Buenas Noticias", 13/12/2022]

PUEDES LEER EL ARTÍCULO COMPLETO, CON FOTOS, PINCHANDO EN ESTA IMAGEN:


LECTURA GUERRERA

De mis primerisísimas lecturas, años 79-80, con 5 y 6 añitos... Mi colección (parte de ella) de "EL GUERRERO DEL ANTIFAZ".
Primero las leía mi padre en los fascículos apaisados en blanco y negro en los años 40 ó 50, y luego leí yo las apasionantes Nuevas Aventuras a todo color.
'Lucha en la Isla', 'Buscando Pelea'...
Las hazañas y peripecias del noble Guerrero enmascarado de Manuel Gago, Adolfo de Moncada, luchando contra la maldad, la traición y el sino trágico, hombro con hombro con Don Luis el Conde de los Picos, Ramiro, Li Chin o Fernando. Enfrente el malvado moro felón de Ali Kan (su supuesto padre), los exóticos villanos, turcos, orientales, piratas, Sandra, Máscara de Hierro, mercenarios, monstruos...; falsas identidades, heroísmo, amoríos...
Sus intentos de regresar a España y al hogar con su esposa Ana María y su hijo Adolfito, buscando la paz y la justicia.
¡Voto a Bríos!

miércoles, 7 de diciembre de 2022

SANTANDER

El relato "EL AVIONCITO", relacionado con una foto propuesta, basado en una antigua idea venida del cielo, 2.º Premio en el Concurso de Microrrelatos Sol Cultural de Santander de este año.

Un libro lo va a recoger, junto con otros 25 cuentos, los seleccionados entre los más de 500 presentados al premio.

Puedes leer el relato aquí mismo: MICRO-RELATOS 2022 - Sol Cultural

lunes, 5 de diciembre de 2022

En un Cuaderno de La Mancha

El diario CUADERNOS MANCHEGOS, cabecera decana de la prensa en Tomelloso, ha publicado este artículo sobre mi novelita infantil "JENNY HILL y el Caso de los 3 Diamantes".

Aquí podéis leerlo (incluye fotos del libro y una muy dulce del autor): La ingeniosa Jenny Hill en un lugar de La Mancha...



miércoles, 23 de noviembre de 2022

Un fragmento de JENNY HILL...


Así arranca el 2.º Capítulo de "JENNY HILL y el Caso de los 3 Diamantes", el titulado '¡LA NOTICIA DEL ROBO! (Día de autos)'...:

<<Aquella mañana me había despertado especialmente temprano. Temprano para ser un día sin cole. Nos habían dado una semana sin clases: "semana blanca", la llamaban, no sé bien por qué era blanca (si no había nevado) y qué se celebraba o por qué nos la dieron. Da igual. Lo importante es que teníamos por delante una semana entera libre en la que podíamos estar en cama y en pijama hasta que quisiéramos y sin pasar frío camino de la escuela (...) 
Bueno, a lo que iba, que me pierdo: aquella mañana —recordad, febrero, frío— yo me había despertado y levantado de la cama y las mantas calentitas demasiado temprano para ser yo y para no tener cole. Algo me habría dicho por dentro: "¡Espabila, Jenny!, que el día será movidito...">>...

>>>Puedes conseguir "JENNY HILL y el Caso de los 3 Diamantes",
de Diego Fdez. Sández (Ediciones Palabra): AQUÍ<<<

lunes, 21 de noviembre de 2022

JENNY EN EL COLE

Jenny Hill, además de ir a su propio cole, el "Saint Martin-in-the-Field's", está en las bibliotecas de otros colegios, tal vez en el tuyo...

Ahora otro centro, en este caso de Madrid, también recomienda la lectura de las aventuras de la detectivesa inglesa.

Y lo hace en el mismo listado de libros que incluye mi querido "Mago de Oz", del compañero L. Frank Baum, ¡un doble honor!


"Jenny Hill y el Caso de los 3 Diamantes" (Ediciones Palabra). ISBN 978-84-1368-140-5


jueves, 17 de noviembre de 2022

PERRITO MANUSCRITO (Jardiel)


Un libro con la firma de Enrique Jardiel Poncela, que nos dibuja un perrito afectuosamente por nuestra permanente adhesión literaria al genial comediógrafo.
"Exceso de Equipaje", del 43. Firmado en el 47 en el mismo mes en que recibió el Premio Nacional de Teatro.

(El ejemplar incluye una factura de la luz, de casi 50 Pta, ya con un luminoso y excesivo monto de impuestos...).

martes, 15 de noviembre de 2022

Y OTRO (En Burgos)

Y otro más de mis relatos, "HISTORIA DE UN SALERO", también ha sido elegido, en este caso en Burgos, entre los cerca de 1.000 presentados al Concurso de Microrrelatos Círculo Creativo.

Y también va a ser publicado.


viernes, 11 de noviembre de 2022

1.ER CAPÍTULO ACABADO

Ya está. El primer capítulo de mi nueva novela para adultos está completado.

Las primeras 7.500 palabras.

Humor, costumbrismo e intriga..., en una historia que arranca cuando vuelve a reír la primavera en el año 49.

¡Adelante!, esto "ya está hecho"...


lunes, 31 de octubre de 2022

lunes, 24 de octubre de 2022

YA CON LA NUEVA

Pues ya estoy embarcado en mi nueva novela para adultos.

Una misteriosa historia con unos peculiares protagonistas en la España de los años 40...

Y, por supuesto, con mucho humor mar©a de la casa.


DFS.—


viernes, 14 de octubre de 2022

UNA DELICIOSA ESCABECHINA...

Y la nueva comedia teatral está lista y registrada. 😊


                        TELÓN

                        =FIN=


Ya salió del horno, en su punto justo. Una deliciosa escabechina cómica y policíaca perpetrada entre rayos y truenos.

Con los personajes 'Ramiro Garcibarra', 'Mario', 'Julia', 'Lucía', el Inspector Jefe 'Estrada', o el afamado crítico 'Antonio Caparrosa'...

¿Próximamente en su escenario favorito?

El manuscrito del libreto viajando en bus
(con Woody Allen)


Diferentes fases de su escritura


Dedicada al poeta, jardielista y amigo Juan Ballester

viernes, 7 de octubre de 2022

MECENAS


Esta semana nos acogieron muy bien en León, durante sus fiestas de San Froilán, los mecenas legionensis de la asociación cultural Promusicantes.

Allí estuvimos los ganadores (y representantes) del I certamen de relatos cortos y poemas, en la sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés de la capital leonesa.

En las fotos estamos recibiendo los premios de manos de los organizadores y miembros del jurado.

Decidieron darme el 1.er premio —el 1.º del I, qué ilusión— por mi relato "Días de Lluvia", presentado con el peliculero seudónimo de Pichirri... Saldrá en una publicación con una selección de las obras recibidas.

Enhorabuena al resto de ganadores, y gracias por todo, León (incluido ese clarete).

Aquí posamos orgullosos de nuestros diplomas.

Un leo lee (y acciona una alfombra al hombro) en León




♥Y gracias a mi fotógrafa favorita, Cris♥


domingo, 18 de septiembre de 2022

LUMBRE

 

El ilustre fumador Enrique Jardiel Poncela en un artículo para la revista Tabacos de junio del 36, escrito antes de irse al estanco a por tabaco.

El cigarrillo...

Véase al respecto este poema jardielesco (en sus 2 versiones) de Angelina o el Honor de Un Brigadier que nos presenta en su blog el poeta jardielista Juan BallesterJardiel en el recuerdo: Lumbre de cigarro (elblogdejardielponcela.blogspot.com)


sábado, 3 de septiembre de 2022

CUENTOS



"CUENTOS DE LA SELVA", de Horacio Quiroga.

Como recordaba recientemente en una entrevista —tras la cual volví a releerlo— una de mis primeras lecturas como niño más allá de los tebeos, un libro de Anaya que me regaló mi madre.

De la selva de Anaconda al jardín de Jenny Hill.

martes, 30 de agosto de 2022

EN CASA DE CERVANTES

Bañado por la luz bajo la casa del esclarecido y gran Cervantes...

Casa de Cervantes en Madrid
(El autor tiene el cuajo de posar con el manuscrito de su novela histórica
junto a la casa del Jefe Miguel)

© Chris Pics Ltd.

lunes, 8 de agosto de 2022

"CHEQUE EN BLANCO" (texto completo)

CHEQUE EN BLANCO 

Diego Fdez. Sández 


Personajes:

 SR. BLANCO (pequeño y mediano empresario)

GENOVEVA PÉREZ DEL PERAL (inspectora de Hacienda, pólizas y efectos postales)


ACTO ÚNICO

En un despacho sito en cualquier complejo de oficinas, ninguno en concreto. Bueno, alguno con nombre de pintor. Picasso puede valer. Torre Picasso. En cualquier despacho. Va, en el despacho 36 de la 5ª planta, Torre Picasso (Complejo AZCA, Paseo de la Castellana, Madrid). Un señor de unos cincuenta y cinco años, el Sr. BLANCO, sentado en un sillón peleando con mil papeles. Haciendo cuentas, repasando, anotando, rodeado de facturas… En suma, trabajando. Llaman a la puerta.

BLANCO: Adelante…

GENOVEVA: (asomándose): ¿Se puede?

BLANCO: (extrañado): Sí…, ¿qué desea…?

GENOVEVA: (leyendo el nombre en un papelito): ¿El… señor Blanco, por favor?

BLANCO: Sí, yo soy… (GENOVEVA entra, con traje de chaqueta y portando una cartera) ¿Pero estaba usted citada? ¿La ha dejado pasar la secretaria?

GENOVEVA: No he visto a ninguna secretaria…

BLANCO: Sí, es verdad. Ahora lo recuerdo. No hay secretaria… La tuve que despedir hace tiempo, no llegaba el dinero… Pero dígame, ¿cómo la han dejado subir los de seguridad del complejo?

GENOVEVA: ¿Seguridad? ¿Qué seguridad?

BLANCO: Cierto, los recortes… Hace meses que se prescindió de ellos… Bueno, dígame, ¿en qué puedo ayudarle?

GENOVEVA: (leyendo su papelito): “Sr. Blanco. Pequeño y mediano empresario. Gerente, titular, tesorero, asalariado y único empleado de ‘Blanquisa, …’” ─

BLANCO: (interrumpiendo): “Blanquia”, mi empresa es Blanquia Sociedad Anónima Limitada.

GENOVEVA: Mmm… (Corrige el papel. Sigue): “Gerente, titular, tesorero, asalariado y único empleado de ‘Blanquia, Sociedad Anónima Limitada’. Edad: 60 años. …”─

BLANCO: (cortándola todo el rato): ¡Halaaa…!, ¡se ha pasado…! ¡55, 55 añitos!, y no aparento más de 50, póngalo.

GENOVEVA: (corrigiendo el papelito): “55 añitos…”, ¡digo “años”! “Años cotizados a la Seguridad Social: 35. …”─

BLANCO: ¡Ahí en cambio se ha quedado corta, ¿ve?! ¡37, 37 años cotizando!, ¡quee…, ya se dice pronto…!

GENOVEVA: (ídem): Mmm… “Propiedades: 2 viviendas, una de uso habitual,…”─

BLANCO: Y tan habitual, como que paro allí cada día. Y eso cuando paro por la noche.

GENOVEVA: (molesta, sigue): “…De uso habitual, y de 90 metros cuadrados,…”─

BLANCO: ¿Tantos?

GENOVEVA: “…Y otra vivienda residencial, apartamento vacacional”─

BLANCO: Pero como nunca cojo vacaciones…

GENOVEVA: “Un coche en propiedad, utilitario”.

BLANCO: Hablando en propiedad, nada útil, un cacharro.

GENOVEVA: “Otros datos personales: Altura: 1,77”─

BLANCO: Recién levantado puede ser. Con zapatos 1,80.

GENOVEVA: “Peso: 80 kilos”.

BLANCO: Peso ideal.

GENOVEVA: “Ojos verdes”.

BLANCO: Como la copla.

GENOVEVA: (que acerca su cara mirándoselos) Pues a mí me parecen negros…

BLANCO: (acercando la suya): Y a mí. Pero no crea, hay días que…

GENOVEVA: (como hipnotizada): ¿Sí…?

BLANCO: Sí…

GENOVEVA: ¿Verdes…?

BLANCO: Verdes…

GENOVEVA: (echándose hacia atrás, ya normal, y mientras escribe): “Y el verde, verde limón…”. Seguimos (leyendo): “Pelo: negro”.

BLANCO: ¿De cuándo dice que son esos datos…?

GENOVEVA: “Grupo sanguíneo: A positivo”.

BLANCO: Negativo.

GENOVEVA: (corrigiendo el papel): “Negativo”.

BLANCO: No, que digo que negativo, que tienen mal el dato. Yo soy B positivo.

GENOVEVA: Aah…

BLANCO: “A” no, B.

GENOVEVA: Digo que aaah…

BLANCO: Ah.

GENOVEVA: (más enfadada): ¡Sigo! “No se le conoce filiación sindical ni política”.

BLANCO: Yo no me caso con nadie…

GENOVEVA: Mmm…, eso es malo en este país, amigo, muy malo…

BLANCO: Está bien, pues ponga “marxista de derechas”… O mejor: “apolítico”.

GENOVEVA: (anotando): “Radical”… Sigo. Mmm…, ¡ah, hablando de “no casarse con nadie”!: Estado civil: casado”─

BLANCO: Divorciado.

GENOVEVA: Pero antes estaba casado.

BLANCO: ¡Sí, y antes soltero…!, ¡pero dígame de una vez quién es usted!

GENOVEVA: ¡Cierto, disculpe! Me presento: Genoveva Pérez del Peral. Inspectora de Hacienda, pólizas y efectos postales.

BLANCO: “Inspectora de…” ¿Y a qué debo el “honor” de su visita…?

GENOVEVA: Verá usted… Pero, ¿puedo sentarme?

BLANCO: Inténtelo… (GENOVEVA intenta con mucho cuidado tomar asiento, hace el ademán de reposar el trasero en la silla, pero entonces lo levanta, vuelve a intentar posarlo despacio…) ¿Qué, qué tal?

GENOVEVA: (terminando poco a poco de sentarse): Uy, pues bien, parece que bien…, ¡yo creo que voy bien!

BLANCO: Pruebe a echarse más para atrás.

GENOVEVA: ¿Más para atrás?

BLANCO: ¡Más para atrás! ¡Así!

GENOVEVA: Uy, pues sí, ¡genial, gracias!

BLANCO: Perfecto. ¿Desea usted beber alguna cosa?: ¿una coca-cola, un agua, un bitterkas…?

GENOVEVA: ¿Aún hay alguien que beba bitterkas?

BLANCO: ¿Una copa entonces? ¿Whisky, ron, anís seco, dulce, salado…?

GENOVEVA: ¡Nada de alcohol! No puedo beber estando de servicio, señor Blanco. ¿O es que pretende usted emborrachar a esta funcionaria?

BLANCO: ¡Yo…!─

GENOVEVA: Tal vez pretenda usted lisonjearme, darme un poco de jabón… Si yo le contara la de empresarios que han intentado hacerme la rosca… Recuerdo uno que —¡¿hasta dónde no llegarían sus intentos por serme simpático, y hasta dónde sus nervios?!—, ¡que llegó hasta el punto de insinuárseme!

BLANCO: No la entiendo.

GENOVEVA: ¿Qué no entiende? Digo que llegó a ofrecerme sus…, “servicios”…

BLANCO: (tras un silencio): ¿Los baños?

GENOVEVA: Déjelo.

BLANCO: Yo… Sólo pretendí ser cortés.

GENOVEVA: Estoy bien sin la copa, gracias.

BLANCO: Bien… Perfectamente. ¿Y ahora, me dirá cuál es el propósito de su visita, señora Pérez del Peral?

GENOVEVA: No tiene nada de qué preocuparse… La gente suele asustarse cuando me identifico como inspectora de Hacienda…

BLANCO: Pues no sé por qué será…

GENOVEVA: Eso digo yo, je, je… (y sonríe maléficamente… Un silencio en el que juega chocando sus dedos y observando a su interlocutor… Entonces): Señor Blanco: lo sabemos todo…

BLANCO: ¡¿Cómo?!

GENOVEVA: Señor Blanco, no hace falta representar ninguna farsa. Llevo años jugando al gato y el ratón con cientos de empresarios, ¡miles!, desde los más pequeños hasta los peces más gordos… Ellos creen sabérselas todas, y que hecha la ley, hecha la trampa… Pero recuerde usted que la banca, siempre gana…

BLANCO: ¿La banca? Creía que había dicho que era de Hacienda.

GENOVEVA: Bueno, “la banca”, “Hacienda”… Llámelo “x”.

BLANCO: “X”…

GENOVEVA: ¿Decía?

BLANCO: Lo llamaba “x”…

GENOVEVA: Eso es…

BLANCO: Me temo que no entiendo nada… Y estos señores (por los espectadores), tampoco…

GENOVEVA: Verá, señor Blanco, se lo diré directamente: venimos siguiendo su pista desde hace tiempo. Puede usted negarlo todo, pero nos basta con conseguir una orden judicial en cuestión de minutos —tengo yo un cuña’o juez que…—, inspeccionar sus ordenadores, archivos, carpetas y cuentas bancarias, y antes de que se ponga el sol saber de Blanquia S. A. L. y de usted tanto como usted.

            (Silencio impresionante.)

BLANCO: Pe-… Pero… ¿Pero de qué se me acusa?, ¡si es que se me acusa de algo! ¿Por qué se me investiga?

GENOVEVA: ¡Tranquilo, señor Blanco, tranquilo…! Señor Blanco, tenemos abrumadoras sospechas de que usted no defrauda…

BLANCO: ¡¿Que yo defraudo?! ¡Pero…!─

GENOVEVA: (cortándole): No me ha escuchado usted… He dicho, que tenemos sobradas sospechas de que usted NO defrauda…

BLANCO: Pero… Esto es absurdo…

GENOVEVA: (sonríe de nuevo malvada) Claro… Ahora usted se hace el sorprendido… Luego lo negará todo… Se sacará de no se sabe dónde unos supuestos balances que justificarían sus palabras…

BLANCO: ¡Esto es escandaloso!

GENOVEVA: “¡Esto es escandaloso!”. Siempre dicen eso.

BLANCO: ¡¿Pero qué broma es ésta?!

GENOVEVA: Eso es lo siguiente que dicen.

BLANCO: ¿“Dicen”? ¡¿Quiénes?!

GENOVEVA: (levantándose y echándose encima): ¡Ustedes, señor mío! ¡Los de su ralea! ¡Los que se aprovechan de las reglas de juego que nos hemos dado en este sacrosanto país!, ¡los que quieren usar la Administración en su provecho y sólo en su provecho y que ésta le baile el agua! ¡Los que se obstinan en seguir sus normas! ¡Los que se creen que pueden darnos un ejemplo de moralidad, de una ética de novela rosa…! ¡Los que se sirven de contactos, amigos, para lo mismo de siempre, para sus oscuras intenciones, para…: NO DEFRAUDAR!

BLANCO: ¿“No def-…”?

GENOVEVA: Sí, amigo mío… Sí, señor Blanco… ¿Creía que nos la iba a dar con queso? ¿Y a mí, a Genoveva Peral…?

BLANCO: Pérez del Peral.

GENOVEVA: Eso, Pérez del Peral… En este país activado por los resortes, movido por los engranajes de la comisión, del “guárdame este sobre y mira en casa qué hay dentro”, del “déjame que hago una llamadita”,─ (se detiene al sonar un móvil. Saca el teléfono de un bolsillo de su chaqueta y contesta): ¿Sí? … (Mirando a BLANCO): Sí, localizado, aquí lo tengo. … Blanco, sí. … ¿Qué tal el tuyo? … ¿Otro “listo”, eh…? … Perfecto, que no se escape. … Eso es, que no se te escape vivo, je, je, je. Hablamos (cuelga y guarda el móvil). ¿Por dónde íbamos?

BLANCO: Por la llamadita…

GENOVEVA: Eso es, decía que en este país del “déjame que hago una llamadita y ya tú verás…”, del “favor con favor se paga”, del “todos lo hacemos”…, ¿va usted de…, “alma cándida”…?

BLANCO: Pero… ¿Es que…? ¿Es que todos tenemos que jugar a ese juego asqueroso? ¿Pero es que creen ustedes que todos estamos manchados, podridos? ¿Tan enfermos están ustedes?

GENOVEVA: Señor… (tras volver a mirar en el papel): Blanco, hagámoslo fácil, ¿eh…?

            (Un silencio.)

BLANCO: ¿Qué quiere usted…? ¿Quiere libre acceso a mi ordenador? ¿A los archivos? ¿A mis papeles? (Mostrándolos): ¡Aquí tiene los balances! ¡Las facturas! (Lanzándolas al aire): ¡Facturas, facturas, facturas…! (Sacando los documentos de unas carpetas o bandejas): ¡Todas mis declaraciones de Hacienda! ¡Todos mis recibos! ¡Todo al día!, siempre viviendo “al día”

GENOVEVA: (entre dientes): Tal vez ése sea el problema…

BLANCO: (levantándose): ¡Pero siéntese, siéntese y adelante! ¡Así me ayudará usted a ordenarlos! ¡Vamos, siéntese, guapa!

            (GENOVEVA se quita la chaqueta y la deja en el respaldo del sillón de BLANCO, donde toma asiento y posesión. Teclea en el ordenador.)

GENOVEVA: (sospechando): ¡¿Tiene protegido este ordenador?! ¡No me deja entrar!

BLANCO: Tiene que introducir la contraseña.

GENOVEVA: (presta a teclear): ¿Y la contraseña es…?

BLANCO: “Hacienda somos casi todos”…

GENOVEVA: (tras quedarse mirándolo en silencio): ¿Eso no es una comedia?

BLANCO: Más bien una tragedia…; grotesca.

GENOVEVA: ¿Cómo me ha llamado?

BLANCO: Digo que una tragedia grotesca.

GENOVEVA: Ah… (y se pone con el ordenador)

BLANCO: (recalcándoselo a la cabeza, sin que ella se percate): ¡Grotesca…!

GENOVEVA: (tecleando): “Hacienda somos casi todos”…, ¿todo junto?

BLANCO: Casi todo.

GENOVEVA: ¿Dónde está la carpeta?

BLANCO: ¿Qué carpeta?

GENOVEVA: ¡La carpeta! ¡No se haga usted de nuevas…! ¡La carpeta B, la que tiene todo empresario en su ordenador!, (hastiada): ¡aah…!

BLANCO: “La carpeta -…” No sé de qué me habla… (Ácido, por los de la mesa): Mire a ver si la encuentra bajo esos papeles… ¡Mire a ver si “ve”, esa carpeta “B”…! ¡Y si no, al menos, así me los ordena…! ¡No he tenido ni un minuto para ponerme a ello desde que perdí a  mi socio!

GENOVEVA: Sí, eso también lo sabemos… A su socio, (leyendo el nombre): eh…, un tal Carlos, 

BLANCO: ¡Antonio!

GENOVEVA: (corrigiendo el papelito): Antonio…lo ahogaron las deudas, y decidió terminar de ahogarse él solito… Una soga, un lazo alrededor del cuello, y un salto mortal desde una silla. Una valiente pirueta… (Fría): Una pena…

BLANCO: Sí, en este mismo despacho… Desde ese mismo sillón… (GENOVEVA se levanta y se aleja del mismo limpiándose disimuladamente el trasero. BLANCO se acerca al asiento posando las manos y acariciando el respaldo) Sí… Pobre Antonio… Él era menos fuerte… ¡Sí, saltó! ¡Saltó por culpa de esta inercia pestilente y criminal de la que usted misma forma parte!

GENOVEVA: ¡Así me gusta, señor Blanco, así es, de la que formamos parte, todos, usted y yo incluidos!

BLANCO: (tras un silencio): Así que no es usted más que un peón, un peón del poder…

GENOVEVA: Sí, soy un peón…; el peón negro… Y usted, usted es el peón blanco(Tras otro silencio): ¿O es usted más listo de lo que pensamos…? (Cómplice, guiñándole un ojo y dándole con el codo): Vamos, señor Blanco… ¿Es todo una argucia, eh…? Has sabido engañarnos a todos nosotros, eres tan golfo como el que más, pero tú has sabido guardar las cartas…

BLANCO: (tras un silencio): No… Ninguna carta oculta… Llevo más de veinte años dejándome la piel, la salud, y mi vida privada, para intentar mantener a flote una modesta empresa, esta modesta empresa… Sin deber favores, pagando siempre por encima de mis posibilidades, sin saber qué es un día libre ni tener idea de lo que son unas vacaciones… (Cogiendo y mirando una foto enmarcada de su mesa): Sacrificando un matrimonio y un futuro…, una vida…

GENOVEVA: ¡“Blanquia”…! “Blanquia!, está claro. “Blanquia”, de “blanqueo”, ¡usted es de los nuestros!

BLANCO: ¿Está usted loca? “Blanquia”, de Blanco, ¡de mi apellido!, ¡Blanco!, ¡como mi conciencia!, ¡blanca!

GENOVEVA: Claro… “Blanco”… Como “cheque en blanco”… Señor Blanco: ¿es usted demasiado listo…, o demasiado tonto…?

BLANCO: Creo que demasiado honrado, para los tiempos que corren, y para los que piensan como usted…

GENOVEVA: Bueno… Le he dado una oportunidad… Una oportunidad de oro para que demostrara usted que estaba en el juego, que participaba en lo que algunos se empeñan en llamar “corrupción” y que otros llamamos “el mecanismo”, el “cash flow”, “el sistema”…, o…, el mundo real… Señor… (olvida el apellido)

BLANCO: Blanco…

GENOVEVA: Señor Blanco… Prepárese para recibir todo el peso de la ley… O se está dentro, o se está fuera… Y usted está fuera…

BLANCO: ¿Qué me espera entonces…?

GENOVEVA: La inspección, la investigación… La auditoría, la filtración a los medios, periodistas a la puerta de casa, fotos, vecinos diciendo que parecía usted un tipo normal… El oprobio…

BLANCO: (hundido): El oprobio… ¿Hay algo que pueda hacer?

GENOVEVA: ¡Ah, bien, bien! ¡Va usted a ofrecerme una mordida, un sobrecito, una “contraoferta”…! Igual no es demasiado tarde, igual aún hay una solución… Tal vez aún tenga usted arreglo, señor…, “Blanco”…

BLANCO: No, eso nunca… No tengo que pagarles ningún favor, ¡ninguno!, ¡no les debo nada…!

GENOVEVA: En ese caso… (Alargando una mano): ¿Me pasa mi teléfono…? (Extrañado, BLANCO saca el móvil de la chaqueta de la inspectora dejada en el sillón, y se lo da. Tras marcar, al teléfono): Soy yo. Se cierra el expediente “20-0-16”, “Blanco”. … Sí. (Cuelga y le devuelve el teléfono al empresario, que, suspenso, vuelve a meterlo en la chaqueta. GENOVEVA va hasta un ventanal)

BLANCO: ¿Qué hace abriendo esa ventana…?

GENOVEVA: Si se empeña… La única otra salida que le veo a su caída en desgracia, es, (señalando con la cabeza): otra caída…, un accidente… Sería más decoroso… Tenga al menos las agallas de su socio… Su honradez, señor Blanco, quedaría entre nosotros, como un secreto…

BLANCO: (mirando la ventana): ¿Saltar…?

GENOVEVA: Salte, señor Blanco… Salta, Juan… Vamos… Vamos, Juan, yo lo haría...

BLANCO: ¿Usted?

GENOVEVA: Yo, Genoveva Peral.

BLANCO: (corriendo hacia ella): ¡¡¡Genoveva Pérez del Peraaall…!!! (y la empuja a través de la ventana)

GENOVEVA: (cayendo al vacío): ¡¡¡¡Aaaah…!!!

            (BLANCO mira por la ventana… Tras un silencio…):

BLANCO: (para sí): Un momento… ¿Dijo “Juan”? Juan Blanco es el empresario del despacho de arriba, sexta planta, yo soy Pedro Blanco. (Consternación) ¡Ay, Peral…!

GENOVEVA: (en un lejano hilo de voz): Pé-…, rez…, del…, ¡Peraal…!

(BLANCO sacude la cabeza… Va hasta el sillón, quita la chaqueta de GENOVEVA del respaldo, pasa la mano por éste y lo acaricia. Vuelve entonces a la ventana, y cuando va a arrojar por ella la chaqueta, suena en el interior de ésta el teléfono de antes. Tras dudar, lo saca del bolsillo y contesta…):

BLANCO: (al móvil): ¿Sí…? (Frío): No, me temo que Genoveva no pueda ponerse. (Saca la chaqueta por la ventana, y, dejándola caer): Ha salido… 

OSCURO 

FIN

 © Diego Fdez. Sández

  (Escrita en el Café Comercial, en el año de gracias)