VUELO
1313
(Oscuridad. Oímos una voz a través de una emisora de
radio, la voz de un controlador aéreo.)
VOZ
DEL CONTROLADOR.− (alarmado): ¡Atención, control central, atención,
control central! ¡Ésta es una llamada de emergencia! ¡Alerta roja! Control
central: hemos perdido toda señal del vuelo 1313. Repetimos: hemos perdido
señal del vuelo 1313 de Pacific Airlines. Información confirmada. Ningún rastro
del Boeing 747, negativo en control de radar y en observación directa. Resto de
vuelos en su sector informan también negativamente. Repetimos, esto no es un
simulacro: ni rastro del vuelo 1313. (Totalmente
angustiado): … ¡Se lo ha tragado el
cielo…!
(Oímos el rugido de los motores de un avión, y, cuando se
encienden las luces, estamos en la cabina del mismo. Un señor y una señora (o
chico y chica) están sentados a los mandos. Pilota y copiloto. Manejan sendos
volantes o “joysticks” –“joystick”: “palo de la alegría”–. Comprueban los
distintos controles de vuelo.)
COPILOTO.−
Altitud 30.000 pies. Viento sur-sudeste,
30 nudos. Rumbo según lo marcado. Todo guay.
PILOTA.−
Bien… ¿Niveles de combustible?
COPILOTO.−
Eh… Más nos vale que pares en la próxima
gasolinera…
PILOTA.−
Muy gracioso.
COPILOTO.−
Depósitos llenos, nivel máximo.
PILOTA.−
Ok. ¿Alerones y flaps?
COPILOTO.−
En posición.
PILOTA.− ¿Los niños?
COPILOTO.−
En la guarde. A las cinco va mi madre a
por ellos.
PILOTA.−
Ok.
COPILOTO.−
(tras un silencio): Caroline, cariño, ¿vas bien?
PILOTA.− ¡Perfectamente!, ¡mejor que bien! ¿Lo dudas?
COPILOTO.−
Si te cansas me dices, ¿eh?
PILOTA.−
Si me canso te digo… (Acciona una palanca)
COPILOTO.− (tras otro silencio, preocupado): Los pasajeros ─…
PILOTA.−
¿Sí...?
COPILOTO.−
Los pasajeros…, parecen preocupados,
¡tensos! Hablan entre ellos, cuchichean, especulan sobre si les hemos sacado de
la ruta… ¡Varias personas han preguntado a las azafatas que por qué no hemos
llegado aún a China, y las azafatas a su vez me lo preguntan a mí!
PILOTA.−
Es normal.
COPILOTO.−
¡Claro, tú estás aquí a lo tuyo, pero a
quien se dirigen es al menda! ¡Hay quien ya se ha puesto violento!
PILOTA.−
¿Algún pasajero?
COPILOTO.−
¡Alguna azafata! ¡Si vuelvo ahí atrás,
alguna me atiza fijo!
PILOTA.−
Ay, C. J., ¡qué exagerado!
COPILOTO.−
¿Exagerado? Igual ─…, igual hicimos mal
en desconectar la radio…
(Tenso silencio.)
PILOTA.− C. J., cari, no necesitamos la radio, ni necesitamos el maldito control. Cuando lleguemos a nuestro objetivo, la volvemos a conectar, decimos que se descompuso y listo.
COPILOTO.−
(...) Creo que jamás debimos hacerlo… Ha sido una
locura secuestrar el avión.
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COPILOTO.− ¡Del colegio de pilotos, óyeme bien, nos echan del colegio de pilotos y de la carrera, hazte a la idea! ¡Y eso si no acabamos entre rejas…! Ahora que ibamos a estrenar el chalet…, ¡el chalecito…! ¡Oh, estás loca, Caroline!
COPILOTO.− ¡Del colegio de pilotos, óyeme bien, nos echan del colegio de pilotos y de la carrera, hazte a la idea! ¡Y eso si no acabamos entre rejas…! Ahora que ibamos a estrenar el chalet…, ¡el chalecito…! ¡Oh, estás loca, Caroline!
PILOTA.−
(tras un silencio): Ya es demasiado tarde para echarse atrás.
Haberte negado.
COPILOTO.−
Cualquiera te dice a ti nada.
(El
COPILOTO saca una lata de cerveza, y, al beber, pierde el control del avión:
suena el brusco zumbido del aparato en descenso, y el COPILOTO y la PILOTA se
inclinan por la inercia hacia un lado… La PILOTA se hace entonces con los
mandos y endereza el avión. Respiran aliviados.)
PILOTA.−
No vuelvas a hacerlo… (Tras otro silencio): Qué verdad es que los hombres no sois
capaces de hacer dos cosas a la vez… (El
COPILOTO suspira. La PILOTA saca otra lata de cerveza, y un bocadillo de
mortadela –con aceitunas si es temporada–, y maneja a la vez el mando, la
cerveza, el bocadillo, la mortadela y las aceitunas… El COPILOTO la mira hacer
todo esto. Ella le mira con orgullo, regodeándose. Suena un móvil. El de la PILOTA.
Contestando): ¿Sí…? (Pierde el control del avión…)
COPILOTO.−
¡Cuelga! (Tira de la palanca y restablece el control) ¡Cuelga el maldito aparato! ¡Dichoso telefonito…!
PILOTA.−
¡Bueno, chico…! (El COPILOTO suspira de alivio. Pausa. La PILOTA le mira por un instante.
Le vuelve a mirar) Enseguida te
agobias… Como antes con esos dos pobres muchachos…
COPILOTO.−
¿Los del turbante?
PILOTA.−
Dos pobres criaturas.
COPILOTO.−
(irónico): Sí, dos “angelitos”… ¡¿Pero cómo pudiste creerles cuando te dijeron
que aquellos cartuchos de dinamita bajo sus ropas eran ristras de chistorras…?!
PILOTA.−
¡Chistorras que llevaban para darles una
sorpresa a sus madres en las fiestas del pueblo…!
COPILOTO.−
¡¿Y el cuchillo que les encontramos?!
PILOTA.−
¡El cuchillo para cortar las chistorras!
COPILOTO.−
¡Dinamita, eran cartuchos de dinamita!
PILOTA.−
¡O petardos para las fiestas del pueblo,
¿tú qué sabes?!, ¡¿es que tú lo sabes siempre todo?!
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(...)
COPILOTO.−
¡Ya queda poco para llegar
a nuestro objetivo…! Espero que haya merecido la pena.
PILOTA.−
Verás cómo sí. (Silencio. Saca un periódico)
Mira, cielo: hablan de nosotros. (El
COPILOTO echa un vistazo también) “El misterio del 1313, el vuelo
desaparecido. ¿Dónde están los restos del avión? Se especula sobre el destino
del aparato y de sus cientos de pasajeros” ¡Je!
COPILOTO.−
¿Y de nosotros no dicen nada?
PILOTA.−
¡Nada!
COPILOTO.−
Lo que no entiendo es cómo ha llegado
hasta aquí ese periódico, si aún no hemos tocado tierra desde que salimos… (...) (El COPILOTO mira hacia su propia ventanilla, y se
alarma): ¡Cari! ¡Caroline!, ¡mira
eso!
PILOTA.−
(tras mirar asustada): ¡Un caza! ¡Un avión militar!
COPILOTO.−
¡Se ha puesto en paralelo a nosotros!,
¡lo tenemos pegado! ¡¿Qué querrán?!
PILOTA.−
¡Nos han pillado!
COPILOTO.−
¡Era cuestión de tiempo! (Pausa) Nos hace señales hacia abajo con la mano, querrán que bajemos la
ventanilla para hablar.
PILOTA.−
¡Noo…!, ¡eso es que quieren que
aterricemos! ¡Hay que darle esquinazo!
COPILOTO.−
¡¿A un caza?! ¡¿Al ejército?! Estamos
perdidos…, tanto para esto…
PILOTA.− Cariño, te informo que en media hora llegaremos a nuestro destino…
COPILOTO.−
Miles de millas y convertirnos en portada
de millones de periódicos de todo el mundo para llegar hasta allí… Bueno, pues ahí
vamos…
(...)
(...)
© Diego Fdez. Sández
[Estrenada el 10 de Mayo de 2014 en Alcobendas (Madrid)]
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